¿Qué son los metadatos? ¿Cuáles son las características imprescindibles de un sistema de gestión de metadatos?

Los metadatos contienen la información sobre los datos de la organización en forma de entidades, atributos asociados y relaciones mutuas. Según la taxonomía más clásica, podemos clasificar estos metadatos en tres tipos distintos pero interrelacionados:

• metadatos de negocio (por ejemplo, términos de negocio, semántica de la propiedad, procesos asociados, reglas)
• metadatos técnicos (por ejemplo, campos físicos, longitudes y formatos, aplicaciones informáticas, controles automáticos)
• metadatos operacionales (por ejemplo, entrada de flujos, finalización de los procesos de transformación, resultados de los controles en un periodo de tiempo determinado)

Son fundamentales para obtener el conocimiento más completo de todos los datos de la organización y aprovechar su valor.

Es importante que un sistema de gestión de metadatos:

• está abierto a conexiones en dos dimensiones y en dos direcciones:
  “horizontal”: con otros repositorios. Registran los datos en el contexto de las entidades que interactúan con ellos (por ejemplo, procesos, aplicaciones, organigramas), que a menudo se gestionan en aplicaciones dedicadas; “verticales”: con el mundo físico. Más concretamente, se ocupan de las herramientas de gestión de datos: Integración de datos, calidad de datos, perfilado de datos, descubrimiento de datos, enmascaramiento de datos.
• En ambos casos, un sistema de gestión de metadatos debe permitir que la comunicación funcione en ambos sentidos. Por ejemplo, puede recoger metadatos sobre un proceso (nombre, descripción, propietario, etc.) para integrarlos con información sobre la entrada, la salida o los datos internos del proceso. O puede proporcionar reglas de búsqueda de términos empresariales a un motor de Data Discovery. Si tiene éxito, el motor devuelve los nombres de los campos físicos que corresponden a ese término de negocio en el sistema informático. Y así sucesivamente.
• Se adapta a la evolución del modelo de datos de la empresa. Los procesos empresariales se revisan con frecuencia y se introducen nuevos requisitos normativos (y más intensivos en datos). También es necesario dar soporte a iniciativas internas como las destinadas a la Transformación Digital de la empresa. Todo esto significa que no sólo el contenido, sino también la estructura de un sistema de gestión de metadatos puede ser objeto de cambios, como la adición de nuevas entidades, atributos, relaciones.
• Utiliza los metadatos pasivos y los transforma en metadatos activos. Luego pueden controlar el funcionamiento de los motores automatizando las tareas repetitivas, reconociendo automáticamente los dominios de los datos, sugiriendo las acciones más adecuadas y vinculando los términos de negocio a los registros físicos. También pueden clasificar los datos, identificar datos similares y descubrir otras relaciones entre ellos.
• También cuenta con un entorno de colaboración. Es importante que los distintos usuarios puedan definir nuevas entidades, atributos y enlaces en función de los objetivos, puntos de vista y perspectivas de las distintas comunidades empresariales.